Redacción: Inés Arroyo
Un estudio reciente publicado en la revista Science alerta sobre la creciente amenaza de las sequías a causa del cambio climático. La investigación, realizada por el Instituto Federal Suizo de Investigación Forestal (WSL) y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria (ISTA), revela que en los últimos 40 años las sequías graves se han vuelto más largas, intensas y frecuentes.
El estudio se enfoca en las sequías plurianuales, aquellas que duran varios años o incluso décadas. Estos fenómenos representan una amenaza significativa para los ecosistemas, la agricultura y la producción energética. Desde 1980, las áreas afectadas por sequías han aumentado cada año en una media de 50,000 km², un área equivalente a países como Eslovaquia o los estados de Vermont y New Hampshire en Estados Unidos.
El análisis destaca algunos ejemplos alarmantes, como la prolongada sequía en Chile, que lleva más de 10 años y ha afectado gravemente la disponibilidad de agua y la producción minera, agrícola y ecológica. Además, la sequía en el oeste de Estados Unidos, que se extendió de 2000 a 2018, también causó daños extensos a los ecosistemas y a la agricultura.
El estudio también revela que algunas sequías de menor magnitud han pasado desapercibidas, lo que resalta la necesidad de mejorar la comprensión de estos fenómenos y sus efectos. Al analizar datos meteorológicos globales y modelos de sequía, los investigadores pudieron identificar episodios de sequía en regiones menos monitoreadas, como los bosques tropicales y los Andes.
A lo largo de los 40 años analizados, se identificaron más de 13,000 sequías plurianuales a nivel mundial. Las zonas más afectadas incluyen el oeste de Estados Unidos, el centro y este de Mongolia y el sureste de Australia. Los investigadores observaron que mientras los pastizales templados muestran cierta resiliencia a las sequías, los bosques boreales y tropicales tienen una recuperación mucho más lenta.
El aumento de las sequías no solo impacta el medio ambiente, sino que también afecta la producción de alimentos, el abastecimiento de agua y la generación de energía. Según Francesca Pellicciotti, una de las autoras del estudio, los efectos de las sequías están haciendo más urgente la necesidad de políticas para mitigar el cambio climático y adaptarse a sus consecuencias.
Este estudio sirve como un llamado a la acción, destacando la necesidad de tomar medidas para reducir el calentamiento global y prepararnos para las sequías más severas que están por venir.
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