Redacción: Inés Arroyo
Un estudio reciente realizado por la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) ha revelado una preocupante proyección sobre el impacto económico del cambio climático. Si la temperatura global aumenta 4°C para el año 2100, el Producto Interno Bruto (PIB) mundial podría reducirse en un 40%. Esta cifra, mucho mayor que las estimaciones previas, pone en evidencia las graves consecuencias económicas que se avecinan.
Los modelos económicos utilizados hasta ahora se habían centrado en los efectos locales del cambio climático, pero este nuevo estudio incluye un enfoque global. Este enfoque resalta cómo las economías están profundamente interconectadas a través del comercio, las cadenas de suministro y los mercados financieros, lo que amplifica los daños. Según los investigadores, la falta de consideración de estos factores ha subestimado el verdadero impacto del cambio climático.
Aunque los modelos anteriores sugerían que si se lograba limitar el calentamiento global a 2°C, los daños serían manejables, este estudio demuestra que incluso con ese objetivo, las pérdidas económicas serían mucho mayores. En lugar de una caída del 1,4% en el PIB per cápita global, como se pensaba antes, el descenso podría ser del 16%.
El estudio recalibró tres modelos económicos importantes (Burke15, Kotz24 y DICE 2023) para incluir el impacto global del cambio climático. Los resultados mostraron que las pérdidas económicas proyectadas podrían ser aún más severas de lo que se había anticipado. En el caso del modelo Burke15, por ejemplo, la caída del PIB global podría alcanzar un 86%, mucho más alta que la estimación original del 28%.
Además, el estudio señala que las consecuencias del cambio climático no afectarán de la misma manera a todos los países. Las economías más expuestas serán aquellas con una alta dependencia del comercio global y ubicadas en zonas de latitudes medias, como Estados Unidos, China, India y Europa. Por el contrario, algunas regiones, como Groenlandia y partes de Rusia, podrían experimentar ciertos beneficios, como mayor disponibilidad de tierras cultivables. Sin embargo, incluso los países más ricos enfrentarán desafíos económicos, como la pérdida de productividad y un aumento en los costos de adaptación.
Los investigadores también sugieren que la meta de limitar el calentamiento global a 2°C no es suficiente. Según sus cálculos, el nuevo umbral óptimo debería ser 1,7°C. Para lograr este objetivo, las políticas actuales deben ser reforzadas, y el precio del carbono debería aumentar significativamente después de 2030.
Este estudio resalta la urgencia de adoptar nuevas políticas climáticas que aborden los riesgos económicos globales del cambio climático. Los expertos hacen un llamado a la comunidad internacional a actualizar los modelos analíticos y actuar rápidamente para evitar una crisis económica global. El cambio climático es ahora una amenaza económica sistémica, que podría afectar gravemente la estabilidad financiera mundial en las próximas décadas.