América Latina y el Caribe enfrentan un desafío. La generación de aproximadamente un kilogramo de residuos sólidos por persona al día. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cerca de 40 millones de personas carecen de un sistema adecuado de recolección de residuos en la región.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) revela que la región produce casi 540.000 toneladas de residuos sólidos urbanos diariamente. Estos residuos pueden ser una fuente de energía valiosa.
La población mundial se espera que alcance los 9,7 mil millones en 2050, lo que aumentará la generación de basura y la demanda de energía. Para cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de energía, la conversión de residuos en energía es una opción atractiva.
El mercado global de aprovechamiento energético de residuos («waste-to-energy» o WtE) generó USD 37,1 billones en 2022, con previsiones de llegar a USD 68,78 billones en 2031, según Straits Research.
México destaca en esta tendencia, con Centros Ambientales de Veolia en San Luis Potosí y el Estado de México que transforman residuos en combustibles renovables de alta calidad, contribuyendo a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
El enfoque en la generación de energía a partir de residuos y fuentes renovables es fundamental para hacer frente a los desafíos energéticos en un contexto de crecimiento del nearshoring en México. Las empresas pueden beneficiarse de ahorros significativos y contribuir al cuidado del medio ambiente al adoptar estas prácticas.
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