El Gobierno de Panamá amplió el estado de emergencia ambiental decretado hace siete meses ante la esperada prolongación de la sequía, que está siendo especialmente fuerte este año y ha afectado al neurálgico canal interoceánico.
La medida, que vencía el próximo 31 de diciembre, fue aprobada por el Consejo de Gabinete y se extenderá hasta el 31 de mayo de 2024.
«La extensión se basa en los pronósticos climáticos que señalan que se puede prolongar la estación seca hasta mediados del próximo año», dijo un comunicado de la Presidencia.
El sistema climático de Panamá se rige por una temporada lluviosa y otra seca. La primera comienza a partir de mayo y dura aproximadamente hasta noviembre, y la segunda va de diciembre a abril, exceptuando la vertiente del Caribe donde llueve casi todo el año, de acuerdo con el estatal Instituto de Meteorología e Hidrología.
En mayo pasado, el Gobierno explicó que la medida se basaba en que las altas temperaturas, la evaporación y la falta de lluvias eran el preámbulo de la llegada del fenómeno de El Niño, con lo que disminuiría la producción de agua para el consumo humano y la actividad agrícola a lo largo de todo el país.
Al impacto del fenómeno de El Niño se atribuye la inusualmente fuerte sequía en la cuenca del canal de Panamá, y que el principal lago que lo abastece, el Gatún, se encuentre por debajo de sus niveles normales, lo que obligó a restringir el paso de buques por la vía que conecta a los océanos Atlántico y Pacífico.
El estado de emergencia permite canalizar recursos especiales para enfrentar las consecuencias de la sequía mediante contrataciones especiales a cargo de los ministerios de Desarrollo Agropecuario, Ambiente y el de Salud, de Autoridad Nacional de Servicios Públicos (Asep) y del Instituto de Meteorología e Hidrología, de acuerdo con la información oficial.
Las autoridades están haciendo un llamado a la población para que use con conciencia el agua potable, sin que hasta ahora se haya planteado la posibilidad de racionamiento del líquido.
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