Redacción: Inés Arroyo
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para 2025, propuesto por el gobierno de Claudia Sheinbaum, ha causado preocupación al reducir en un 15.8% los recursos destinados a la adaptación y mitigación del cambio climático. Esta disminución pone en duda el compromiso del gobierno frente a una crisis ambiental cada vez más urgente.
Del total de 205,370 millones de pesos asignados para enfrentar el cambio climático, más de la mitad se destinará a proyectos ajenos a la protección del medio ambiente. El Tren Maya, las obras de carreteras y el programa Sembrando Vida concentrarán el 60.8% del presupuesto, mientras que el sector ambiental recibirá solo un 3.8%. Expertos han señalado que estos fondos están siendo desviados hacia proyectos de infraestructura y asistencia social, en lugar de ser invertidos en acciones directas para mitigar el impacto del cambio climático.
Gustavo Alanis, director de la organización CEMDA, criticó el desvío de los recursos del anexo 16, destinado al cambio climático, hacia dependencias como la Defensa Nacional y Comunicaciones y Transportes. Esto limita la capacidad del país para hacer frente a los desafíos ambientales. Además, la propuesta de recortar el 39% del presupuesto de la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) es otro punto de alarma, ya que este organismo es clave para la regulación y protección de los recursos naturales de México.
El programa Sembrando Vida, uno de los más beneficiados por el presupuesto, también ha sido cuestionado por su falta de un plan claro para abordar problemas como la escasez de agua y la sostenibilidad de los cultivos. A pesar de sus objetivos ambientales, estudios han revelado que este programa no ha logrado mejorar las condiciones de vida de las comunidades vulnerables que lo reciben.
Además, el gobierno ha asignado más recursos a proyectos de Pemex y la CFE, como el transporte de gas natural, que no contribuyen a la mitigación del cambio climático. Estos proyectos de energías fósiles seguirán recibiendo mayores inversiones, mientras que las energías limpias y la protección del medio ambiente reciben menos atención.
La reducción del presupuesto para la Semarnat y otros organismos clave pone en riesgo la capacidad de México para enfrentar los efectos del cambio climático y proteger su biodiversidad. Organizaciones como Greenpeace han advertido sobre la insuficiencia de recursos para la conservación de los ecosistemas y la lucha contra la degradación ambiental.
El recorte presupuestal propuesto refleja una contradicción en las prioridades del gobierno. Mientras se incrementan los fondos para proyectos que no abordan directamente la crisis climática, las acciones necesarias para mitigar sus efectos y proteger el medio ambiente quedan desatendidas. Con este panorama, México podría estar lejos de cumplir con sus compromisos internacionales en materia de cambio climático.
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