En las últimas semanas, la posible escasez de agua en Ciudad de México ha sido uno de los temas más comentados entre sus habitantes. Con el aumento de cortes temporales de suministro y una sequía prolongada, la preocupación por un posible «día cero» en el que la ciudad se quede sin agua para sus necesidades básicas ha aumentado considerablemente.
Causas de la crisis
La combinación de una prolongada sequía, la falta de lluvias y temperaturas inusualmente altas ha llevado a una disminución significativa en los niveles de agua almacenada en las presas que abastecen a la ciudad. Esto ha provocado recortes en el suministro de agua en diversas áreas de la capital y su zona metropolitana, exacerbando la crisis.
Impacto en las presas Lerma-Cutzamala
El sistema de presas Lerma-Cutzamala, crucial para el suministro de agua a Ciudad de México, se encuentra actualmente a sólo el 37% de su capacidad, en comparación con el 70% histórico para esta época del año. La escasez en estas presas ha llevado a una reducción en el volumen de agua entregado a la ciudad, exacerbando los cortes de agua en muchas áreas.
Infraestructura insuficiente y problemas subterráneos
La infraestructura de suministro de agua en Ciudad de México enfrenta deficiencias significativas, con un 40% del agua perdida debido a fugas en las redes de distribución. Además, el hundimiento de la ciudad y la falta de recarga de aguas subterráneas agravan la situación, junto con la falta de inversión en mantenimiento y mejoras.
Desafíos a futuro
A pesar de los pronósticos pesimistas y la preocupación por un posible «día cero», los expertos descartan la posibilidad inmediata de que la ciudad se quede sin agua por completo. Sin embargo, la situación actual requiere medidas urgentes y sostenibles para garantizar el suministro de agua a largo plazo.
Soluciones propuestas
Entre las soluciones propuestas se encuentran la separación del drenaje pluvial y las aguas residuales, la recarga de mantos acuíferos con agua de lluvia y la reutilización del agua. Además, se requiere una mayor inversión en infraestructura y programas de control de fugas para garantizar la seguridad hídrica en el futuro.
Conclusión: una crisis que requiere acción colectiva
Si bien Ciudad de México enfrenta una crisis de agua grave, no se acerca necesariamente a un «día cero» inminente. Sin embargo, la situación actual requiere medidas inmediatas y un compromiso colectivo para abordar los desafíos estructurales y climáticos que enfrenta la ciudad en relación con el suministro de agua.
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